Imagina si pudiéramos parar el envejecimiento

En años recientes se han publicado muchos artículos que defienden la idea de que el envejecimiento es una enfermedad curable, y artículos que critican y ridiculizan esa misma idea.

En el mundo existen criaturas que viven por muchos años, mucho más que nosotros los humanos. 

La ballena de Groenlandia es considerada como el mamífero más longevo en existencia. Esta ballena puede vivir más de 200 años y casi nunca contrae cáncer.

En el 2015, investigadores secuenciaron el genoma de una ballena de Groenlandia e identificaron genes relacionados con la reparación del ADN, el cáncer y el envejecimiento que podrían ser responsables de la larga vida de este espectacular animal.

¡La almeja oceánica es una almeja del tamaño de un puño que puede vivir hasta 500 años o más! Algunos investigadores creen que el secreto de esta robusta almeja para una larga vida es su capacidad para proteger sus proteínas del cualquier daño.

El mecanismo de protección de esta almeja, si logramos entenderlo mejor, podría conducir a tratamientos potenciales para enfermedades relacionadas con la edad como el Alzheimer, que es causado por alteraciones de las proteínas en el cerebro.

La medusa inmortal de mar hace algo aún más sorprendente, como lo dice su nombre, esta medusa es biológicamente inmortal. Estas medusas son pequeñas y se encuentran en el mar Mediterráneo y algunas aguas de Japón.

Esta medusa es un animal sorprendente, es el Benjamin Button del océano. En lugar de morir, la medusa se vuelve más y más joven hasta que comienza su vida una vez más, desde el principio. Su secreto podría ser su capacidad para transformar una célula en otro tipo de célula, algo de lo que también son capaces las células madre humanas.

Todos los seres humanos envejecemos con el paso del tiempo. La idea de que el envejecimiento es un proceso natural e inevitable es una idea muy antigua. Esta idea del envejecimiento es tan común que cuando una persona nonagenaria muere, decimos que murió por la edad o “causas naturales”. Aun cuando las causas reales son enfermedades relacionadas con la edad. 

Algunos científicos argumentan que necesitamos redefinir el envejecimiento. David Sinclair, un geneticista de la Escuela Médica Harvard, dice que el envejecimiento ya no se debe verse como una consecuencia natural del envejecimiento, sino como una condición en sí misma.

Las implicaciones de darle una nueva definición al envejecimiento podrían ser muy grandes. La Organización Mundial de la Salud y la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos clasifican las enfermedades, esto guía como se pueden probar, recetar y vender los medicamentos. Si el envejecimiento se caracterizara como una enfermedad, esto podría dirigir más investigación e inversión a este campo.

Cuando los biólogos hablan de envejecimiento, se refieren a la parte de deterioro del proceso como “senescencia” para evitar confusiones, dice David Gems, profesor de biogerontología del University College de Londres. “La senescencia es un cambio deteriórante y es claramente patológico”.

Los críticos dicen que clasificar el envejecimiento como una enfermedad estigmatizaría aún más a las generaciones mayores o podría desviar la atención de fomentar estilos de vida más saludables.

Una línea de análisis fructífera es “reconocer que el envejecimiento es el principal factor de riesgo de una serie de enfermedades que restringen y matan a las personas en la edad adulta. Enfermedades como coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2, y demencia”, dice Alan Walker, profesor de ciencias sociales, política y gerontología social en la Universidad de Sheffield. 

Incluso si el envejecimiento no se redefine como una enfermedad, muchos científicos están de acuerdo en que la forma en que abordamos el envejecimiento debe evolucionar.

Esto es algo que no debería de ser controversial, en la medicina como en cualquier otra ciencia siempre debemos de tratar de descubrir nuevas verdades o posibilidades.

El hecho de que el envejecimiento no se reconoce como algo que puede ser tratado y mejorado, también evita que varios médicos en varias especialidades no trabajen juntos para tratar a un solo paciente con varias condiciones como demencia y diabetes. 

Las personas pueden tener un psicólogo para la demencia y un endocrinólogo para la diabetes, pero se tratan en silos. En cambio, necesita una fuerza laboral que pueda lidiar con la multimorbilidad de una manera integrada, dice Cristina Víctor, profesora de gerontología y salud pública en la Universidad Brunel de Londres.

¿Y qué hacemos con esta información? Como individuales y sin ser profesionales en este ámbito, lo que podemos hacer son cosas simples que pueden alargar nuestra duración de vida. En su libro “Lifespan. Why We Age and Why We Don’t Have To” Doctor David A. Sinclair recomienda algunas cosas que todos podemos hacer como comer con menos frecuencia y hacer ejercicio. 

Comer menos y con menor frecuencia no es desnutrición; no es hambre. El Doctor Sinclair dice que no se trata de que adolescentes utilicen esto como una razón para no comer suficiente, pero la mayoría de los adultos comemos demasiado y comemos con mucha frecuencia. 

En lo personal seguiré educando más sobre este tópico y escribiré sobre lo que me parece interesante y que vale la pena compartir. Tenemos que tener la mente abierta a nuevas maneras de pensar sobre ideas que nos pueden beneficiar a todos. La ciencia es el ejercicio de ideas y experimentos constantes para descubrir nuevas cosas.

¿Tú qué piensas?                                                                     

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